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Trabajo

Migración venezolana: El Perú como país de acogida

Migración venezolana: El Perú como país de acogida
Agencia Andina

La migración es un tema importante en el análisis global: supone hablar de un cuatro por ciento de la población mundial, sin contar los procesos de migración interna en cada uno de los países. Según estimaciones de la Organización Internacional del Trabajo, en 2013, de los 232 millones de migrantes internacionales, 150,3 millones son laborales (55.7% de hombres y 44.3% femenina).1

Los motivos por los que las personas deciden emigrar son diversos, los contextos sociales, económicos y/o políticos de los países están cargados de fuerzas explícitas, semi ocultas y ocultas que determinan los movimientos migratorios en ambas direcciones: como emisores/expulsores y/o como países receptores/destino.2 El estudio de las migraciones es central en el campo de las relaciones laborales pues toda migración tiene implicancias en los mercados de trabajo.3

Desde hace algunos años el estudio de las migraciones ha dado un giro importante en su complejidad; mientras si en los noventa predominó la migración Sur-Norte (principalmente hacia países considerados de ingresos altos), hoy son frecuentes las migraciones Sur-Sur y Sur-Norte4 convirtiendo a muchos países, regiones o comunidades, antes emisoras de emigrantes, en receptoras de inmigrantes, en países que se han convertido a la vez en países de tránsito y de destino para las migraciones laborales,5 como es el caso del Perú. Esta transformación se ha dado tanto por las profundas crisis económicas en Europa y Estados Unidos, como por la globalización, que ha permitido contar con más información a quienes planean emprender un proyecto migratorio.

El proceso de migración implica desafíos complejos a los que la OIT se refiere en términos de gobernanza, de protección de los trabajadores migrantes y del vínculo entre migración y desarrollo.6 Por el otro, la migración implica para quienes la emprenden, un proceso que incluye la reorganización de los cuidados en sus lugares de origen, así como la transformación subjetiva del que parte y de los que se quedan.

La migración venezolana

¿Cuáles son los problemas de convivencia que están teniendo lugar con la migración venezolana al Perú?

A la inquietud ciudadana por nuestro inestable panorama político, económico y social, se suman las preocupaciones laborales asociadas a los procesos migratorios. Los discursos que se instalan en los peruanos se engloban en palabras como "intolerancia", "prejuicios", "discriminación", dando lugar al desarrollo de nuevas relaciones entre estos diferentes grupos sociales y con ello la posibilidad de conflictos entre ambos colectivos.

La llegada de migrantes laborales venezolanos ha activado en la ciudadanía peruana formas de pensar, sentir y actuar respecto a esta nueva presencia. Reconocer los componentes de este proceso es clave para entender el modo en que los peruanos empiezan a convivir e interactuar con esta nueva realidad. Así, la aparición de estos conflictos debe entenderse no como conflictos entre individuos (interindividuales) sino como conflictos intergrupales7 que se manifiestan y evolucionan en formas peculiares y potencialmente virulentas.

De acuerdo a De la Corte y Blanco, son dos las principales características de las relaciones intergrupales que pueden y resultan socialmente problemáticas: la primera, a nivel interpersonal, se expresa por medio de formas de interacción que pueden ser deseables o indeseables. Esto nos ubica en dos situaciones: por un lado, pueden ser respetuosas y cooperativas, amistosas y de bienvenida; pero, por otro lado, pueden implicar discriminación, dominación o explotación del grupo inmigrante o la confrontación y el conflicto entre ambos grupos. La segunda es la que nos interesa destacar. La disposición humana a desconfiar de nuestros semejantes, que nos lleva a discriminarlos y a competir con ellos o a iniciar conflictos, se manifiesta con mayor intensidad y frecuencia cuando las personas pensamos, sentimos y actuamos como miembros de grupos sociales diferenciados8 que están en contacto cotidiano y coexisten en un entorno físico que no está exento de tensiones, recelos y rivalidades.

Los conflictos intergrupales en el Perú

Actualmente, vemos en los medios de comunicación peruanos ambas formas de interacción. En Lima, una ciudad de marcado clima racista y clasista, los discursos discriminatorios están adquiriendo un carácter cotidiano. Explicar las causas de ello no es fácil. Como punto de partida usaremos los conceptos de prejuicio, discriminación, vulnerabilidad y desconfianza.

El concepto de prejuicio refiere a las categorizaciones sociales por medio de las cuales se diferencia, clasifica, pone orden y simplifica los objetos y personas, marcando una dicotomía entre lo propio y lo ajeno, que se afianza por medio de estereotipos. Un grupo considerable de personas autóctonas tiende a representar a este otro grupo -ante la amenaza que le supone- como holgazanes, facilistas, sucios, agresivos, con propensión al delito o ignorantes. En el Perú, a diferencia de otros países receptores de inmigración, estos estereotipos no suelen relacionarse con características fenotípicas pero sí abundan el de 'arepero ambulante'9, 'maleducados', 'perezosos' y/o 'vanidosos', etc. Cuando estas etiquetas se instalan en el campo de las emociones, se asocian a sentimientos de aversión y desprecio respecto al otro grupo y se traducen en acciones abiertamente discriminatorias en los diferentes espacios de convivencia, especialmente el laboral, donde se acusa que estos grupos de fuera "roban trabajo" a los nacionales. Los prejuicios contra los inmigrantes venezolanos que se encuentran en nuestro país, se expresan por medio de estereotipos, sentimientos o reacciones afectivas negativas y comportamientos discriminatorios, dando lugar a conflictos cotidianos. Así, se critica las medidas migratorias, se exige el cierre de la frontera, mayor rigidez en los requisitos de admisión (como antecedentes policiales internacionales), etc.

Estudios realizados por entidades peruanas, como la Cámara de Comercio10 establecen que la mayoría de migrantes venezolanos son jóvenes cualificados, con un alto nivel de capacitación y formación, que en suelo peruano no se dedican a las actividades para las que estaban formados en su país de origen. Según el sociólogo venezolano Tomás Páez, el 20% de emigrantes venezolanos son emprendedores, 65% son empleados en empresas de todo tipo como de programación, medicina, odontología, contaduría, entre otras, mientras 14% son estudiantes ya sea de idiomas, pregrado o postgrado.11 Esta información contrasta con los atributos del estereotipo con el que se intenta justificar la defensa de los escasos recursos y del territorio que se considera 'propio'.

La "avalancha" venezolana

La aparición de estos prejuicios y estereotipos han hecho que la "amenaza venezolana" se haya vuelto parte importante del cotidiano peruano: sentimientos de desagrado, animadversión, desprecio, envidia, miedo, ira u odio. Esto se ve en muchas frases como: "nos roban trabajo", "invaden la calle", "no tienen medidas salubres", "como cobran menos, nos pagan menos". A pesar de esto, consideramos que estos prejuicios y estereotipos no nos sitúan frente a actitudes xenófobas, pues para los peruanos no existe un sentimiento de amenaza cultural, de imposición religiosa o apropiación cultural. Nuestro país tiene una fuerte identidad nacional (culinaria e histórica) y la identidad sociocultural venezolana tiene mucho parecido con la peruana, es territorialmente cercana y compartimos rasgos como comunidad latinoamericana. En el caso peruano, el grupo autóctono tiene más prejuicios frente a "lo extraño" y, por ende, le representa una amenaza. La particularidad del caso peruano radica en que esto solo se da contra algunos grupos extranjeros en situación considerada vulnerable, como la venezolana, y cualquier grupo considerado parte de una minoría étnica que por su pasado migratorio engloba un conjunto de prejuicios raciales. Nuestra sociedad nos muestra que no superamos las falsas amenazas de caos y desorden que representaron las oleadas migratorias del campo a la ciudad y que éstas aún generan rechazo.

La excusa perfecta

La presencia venezolana representa la excusa perfecta para los problemas endémicos del mercado laboral peruano atribuyéndole un carácter amenazador, de competencia desleal y, que pone bajo un halo de vulnerabilidad a los autóctonos. Esta vulnerabilidad latente es una de las causas más comunes de conflicto entre ambos grupos y de la espiral de violencia a la que suele dar origen. Esta amenaza surge del miedo, y del miedo surgen el rechazo y la agresión a través de campañas virales acerca del desagrado de los venezolanos hacia la comida peruana, sus opiniones respecto de la belleza (o la falta de ella) de los peruanos, su sentimiento de injusticia respecto del trato que reciben en nuestro país, videos de peleas en los espacios y servicios públicos, etc.

Mitos

Las ideas generales sobre las que recae esta preocupación por el empleo de los peruanos respecto de los extranjeros son las siguientes:

"Hay demasiados inmigrantes". La sensación de que se está desarrollando un incremento masivo de inmigrantes venezolanos adopta la metáfora de "avalancha". Hay una retórica de la "invasión" o el "están por todos lados".

"La inmigración perjudica el trabajo". Al hablar de la "avalancha" de venezolanos que nos "invade" se asocia la intensificación de los problemas laborales a la inmigración. Así, "los inmigrantes nos 'quitan' los puestos de trabajo", "mandan los salarios a la baja", "aceptan cualquier cosa". Esto sirve como una excusa para explicar problemas en el mercado de trabajo que venían ya de antiguo.

"La inmigración promueve la delincuencia". No sólo 'nos están robando el trabajo' sino que utilizan 'nuestro' espacio para trabajar igual que nosotros. Era de esperarse que en el espacio de trabajo informal de venta ambulatoria se perciba una sobrepoblación y con ello una apropiación del espacio público por "estos otros". Esta apropiación se presume masiva ante la supuesta libertad para entrar sin filtros al país, bajo pretexto de pertenecer a la Comunidad Andina. La creencia es que si no se exigen antecedentes policiales internacionales, hay una amenaza de inseguridad y un potencial aumento de la delincuencia.

Estas ideas dan lugar a un listado de problemas sociales en los que se atribuye responsabilidad principalmente a los inmigrantes: sobrepoblación, desempleo, descenso de salarios, delincuencia, conflictividad social, problemas de adaptación social, etc.

El origen de estos argumentos en el Perú tiene causas muy diversas, entre las que sobresalen las tres siguientes: a) la velocidad con la que Perú ha pasado de ser una sociedad de emigración a una de inmigración, en el contexto de un panorama económico de desaceleración desde el 2013-2015; b) la lógica sensacionalista con la que los medios de comunicación y redes sociales presentan la información referente a la presencia venezolana, que no hacen más que poner barreras a la convivencia pacífica instalando estos discursos negativos o lastimeros en el imaginario social; y, por último, c) la subsistencia de los prejuicios y estereotipos que estigmatizan al grupo de inmigrantes venezolanos, marcado por un fuerte racismo y clasismo que, por el contrario, no se tuvo (ni se tiene) con la inmigración europea (especialmente española) entre los años 2010-2012, que contó con el apoyo y bienvenida de los peruanos, especialmente los limeños.

Suavizar el conflicto, motivar la convivencia

El riesgo de un conflicto intergrupal es inevitable en especial en un frágil mercado laboral como el peruano, marcado por la informalidad laboral. Este riesgo viene tomando fuerza, con consecuencias cognitivas, afectivas y conductuales que vemos en el día a día y que buscan legitimarse en el apoyo y adopción de la presunción de vulnerabilidad, injusticia y desconfianza.

Para motivar la convivencia es necesario un debate abierto sobre política migratoria y la implementación de políticas socio laborales, por un lado, porque es la principal preocupación tanto de los autóctonos como de los inmigrantes venezolanos; y, por otro, porque el Perú como destino migratorio debe garantizar el acceso a derechos sociales como salud, educación y empleo. El perfil migratorio venezolano también nos brinda la oportunidad de aprovechar su cualificación y con ello su capacidad productiva.

Podemos encontrar medidas positivas: el acceso al centro de empleo del Ministerio del Trabajo en su calidad de residentes, en especial la creación de la Dirección de Migración Laboral; a nivel de política migratoria el Permiso Temporal de Permanencia- PTP- ha permitido formalizar la condición migratoria venezolana, y con ello se previene la explotación laboral, la permanencia en situaciones fuera de la normativa; se asegura el pago de impuestos; y en materia de salud, se garantiza el acceso al Sistema Integral de Salud.

Los peruanos estamos frente al desafío de devolver a Venezuela el apoyo que nos dio al acogernos en nuestros momentos de crisis. La paradoja, y nuestro desafío interno, es que nuestro país no ha logrado fortalecer su institucionalidad y aún lucha por cumplir con los derechos sociales de su propia ciudadanía.

Footnotes

  1. Global estimates migrant workers- ILO http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_436339.pdf

  2. Ameigeiras y Jure, 2006; De la Torre Ávila, 2006; Ministerio de Desarrollo Sostenible, 2004; Altamirano, 1996; Besserer, 2004; Brettell y Hollifield, 2000, Castles, 2000; CEPAL, 2007; Chambers, 1994 y Criales, 1994; Hämmig, 2000; Faist, 2000; Hinojosa, 2009; Grimson, 2011 en Mora (2012) Metodología para la investigación de las migraciones. Integra Educativa Vol. VI / Nº 1, pp. 18. pp.:18.

  3. Sayad (2010). El retorno, elemento constitutivo de la condición del inmigrante (Selección de textos de ABDELMALEK SAYAD). EMPIRIA. Revista de Metodología de Ciencias Sociales. Núm. 19, enero-junio, 2010, pp. 263-273.

  4. Representan en ambos casos, respectivamente, un 30% de los migrantes en todo el mundo.http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_protect/---protrav/---migrant/documents/meetingdocument/wcms_221810.pdf

  5. Servicio de migraciones laborales- OIT (2013) Migración laboral y desarrollo: La OIT sigue avanzando. http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---ed_protect/---protrav/---migrant/documents/meetingdocument/wcms_221810.pdf

  6. http://www.ilo.org/global/topics/labour-migration/lang--es/index.html

  7. Desde la psicología social se llama intergrupal a comportamientos que se dan siempre que las personas que pertenecen (o creen pertenecer) a un grupo e interactúan colectiva o individualmente con otro grupo o con algunos de sus miembros, en función de dicha identidad grupal o como representantes de cada uno de sus propios colectivos. De la Corte y Blanco (2005) 'Conflictos intergrupales y prejuicios étnicos en las sociedades receptoras de inmigrantes' en Inmigración, un desafío para España

  8. Tajfel, 1984; Deustch, 1973; Insko y Shopler, 1998 en De la Corte y Blanco (2005) 'Conflictos intergrupales y prejuicios étnicos en las sociedades receptoras de inmigrantes' en Inmigración, un desafío para España. pp.:306

  9. Venezolanos en el Perú: mucho más que 'areperos ambulantes' https://elcomercio.pe/somos/venezolanos-peru-areperos-ambulantes-noticia-492385

  10. Una ola migratoria venezolana en Perú ¿Qué implica esto? Informe Económico 789. Cámara de Comercio de Lima https://www.camaralima.org.pe/repositorioaps/0/0/par/r789_2/informeeconomico%20789.pdf

  11. ¿Quiénes emigran y hacia dónde van? Hinterlaces, agencia venezolana de inteligencia http://hinterlaces.com/radiografia-de-la-diaspora-venezolana-quienes-emigran-y-adonde-van-parte-2/

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