Francisco Durand: He aquí el resultado
A principios de los años ochenta teníamos una sensación extraña. El neoliberalismo estaba en ascenso en Inglaterra y Europa. El Perú salía de doce años de gobierno militar con “tinte izquierdista” (en su primera etapa) y las elecciones las había ganado Fernando Belaúnde, el mismo que había sufrido el golpe militar de 1968. Nos preguntábamos muchas cosas y tratábamos de entender cuáles serían los cambios en la política económica y sus impactos en el empleo, urbano y rural. Y, claro está, cuál sería la orientación económica y los objetivos del empresariado peruano frente a esa situación.
En esa época conocí a Paco. No recuerdo bien si fue en Desco o en las actividades de la revista Actualidad Económica del Perú, dirigida por Alberto Graña. En Desco había una larga tradición en los análisis del poder económico. Por mencionar solo un libro de esos años, tenemos Capital transnacional y poder en el Perú (1982), de Fernando Sánchez Albavera.
Por entonces, casi todos los análisis eran de economistas, a diferencia de los años cincuenta y sesenta, donde tuvo un lugar destacado Carlos Malpica, con Los dueños del Perú (1964), la más completa mirada a las bases económicas de la oligarquía peruana, así como Jorge Bravo Bresani con Gran empresa, pequeña Nación. También destacaron, y mucho, varios sociólogos, entre ellos, François Bourricaud y Henri Favre. Paco continuó en esa línea con su libro La década frustrada. Los industriales y el poder 1970 (Desco, 1982) donde analiza la relación entre los industriales y el Estado, sobre todo a partir de sus gremios, la Sociedad de Industrias, ADEX y las CADE.
Dicho esto, este artículo no es una semblanza basada en las actividades y las investigaciones académicas ni en los libros y artículos de Paco, cuyas reseñas abundan. Lo que trataré es mostrar un poco más de Paco a partir de las relaciones amicales y académicas que tuvimos.
El conocimiento, la investigación y las ideas comunes eran la base de largas tertulias en Actualidad Económica y en Desco, que después se convertían en artículos y libros. Desde siempre, Paco destacó por la rigurosidad de sus análisis y, podría decir, por el empeño que ponía en cada una de sus publicaciones. Perseverancia y constancia eran los rasgos distintivos de su personalidad. Podríamos decir de Paco, a lo Picasso: “La inspiración existe, pero tiene que encontrarte trabajando”. Y, de seguro, en eso lo encontraba a menudo.
Paco estudió con esmero el comportamiento de las élites. Decía que se conoce, hasta en demasía, las virtudes y carencias de los pobres, que basta leer las Encuestas de Hogares para saber sus gustos, preferencias, carencias y aspiraciones. Pero poco conocemos sobre las élites porque, simplemente, no contestan las encuestas. Y a conocerlas dedicó toda la vida.
En los últimos años, Paco tuvo lo que a mí me parece un upgrade en su investigación. Por un lado, estudió a fondo la corrupción de Odebrecht y sus relaciones con el empresariado y el poder en el Perú, que impactó a casi todos los presidentes de la República desde el 2000 hasta la fecha. Por otro lado, entró de lleno al análisis del poder, esta vez no solo acerca de las características del empresariado, sino ahondando en las bases económicas que lo sustentan.
Así, Paco retoma la senda de Los dueños del Perú de Malpica. Y lo hace, a su estilo, desde el 2018, comenzando con el análisis del Grupo Gloria (en ¿Liberalismo o mercantilismo? Concentración de la tierra y poder político en el Perú, junto a Fernando y Lorenzo Eguren) que con cerca de 100,000 hectáreas es el abanderado de los nuevos latifundistas de este milenio. Y continúa con un libro de próxima publicación por la Fundación Ebert: El mapa de los principales grupos de poder económico.
Paco coincide con el planteamiento de Thomas Piketty sobre la reducción de la desigualdad: solo se va a lograr con una reforma tributaria que haga que paguen más los que más tienen. En Europa y Estados Unidos la desigualdad es la misma que en América Latina, antes del pago de impuestos, pero se reduce debido a los impuestos que pagan las empresas y a las personas, lo que no sucede acá. Paco seguía muy de cerca los recientes estudios de la CEPAL sobre la extrema riqueza en la región.
Es justamente esa información la que ya había recolectado para un nuevo libro. Cuando conversamos en San Antonio, en enero pasado, me comentó que las cifras eran incontestables. “Son ellas las que hablarán”, me dijo. Acto seguido, pidió a Tula, su esposa, el ejemplar del libro de Malpica del 64. “Esto es lo que se necesita hoy. Claro, adaptado a este milenio”, insistía. Así, incluyó en su análisis a los medios de comunicación, a los estudios de abogados y a los bancos de inversión. En el prólogo, Paco escribió: “En este libro seguimos la tradición de estudios críticos de las elites y reconocemos una deuda con Malpica”. Este nuevo libro lleva por título justamente Los nuevos dueños del Perú.
Los nuevos dueños del Perú está bastante avanzado pero aún no terminado. Tula ha comprometido a amigos y profesionales cercanos a Paco —entre ellos Alberto Adrianzén y quien escribe— a concluir la tarea. Haremos realidad la publicación, atendiendo al prólogo ya escrito por Paco, que dice así:
“Luego de una larga dedicación del autor a estudios y publicaciones sobre los empresarios y los grupos de poder económico, gracias a que vivimos en la era de la información, y contamos con mayores datos oficiales y privados, además de periodísticos (al menos de las grandes empresas), ha llegado el momento de escribir Los nuevos dueños del Perú. He aquí el resultado.”