Incertidumbre
Portada: Incertidumbre, nuestra versión Perú 2021 de Morning Sun de Edward Hopper Ilustración: @lepench
CONTENIDO
PRESENTACIÓN
Si hay un par de palabras que resumen lo actualmente que vivimos estas son miedo e incertidumbre. Miedo por una pandemia que sentimos cerca de nuestra casa, de nuestras familias y de nuestros amigos y amigas, y también incertidumbre respecto quién será nuestro próximo presidente o presidenta.
Todas y todos a estas alturas, conocemos gente cercana, un poco mayor o un poco menor que nosotros que ya no está más y de los cuales no nos hemos podido despedir como hacíamos en el pasado. A nuestro alrededor se multiplican las desesperadas búsquedas de oxígeno y de camas UCI. La pandemia es una suerte de acto de violencia que nos pone frente a situaciones indeseables, un enemigo que acecha, detrás de la puerta o a la vuelta de la esquina, como también un monstruo que pisa fuerte, como diría una canción. El número de muertos adicionales en un año es casi el doble al que tuvimos durante el conflicto armado interno.
A esta sensación de miedo se agrega la incertidumbre, y no solo por no saber qué nos depara el futuro y en particular el próximo gobierno. Porque ya no se trata quién ganará en esta segunda vuelta sino también cómo gobernará, ya que se enfrentan fuerzas radicalmente distintas. Si la política y la democracia se han hecho para reducir la incertidumbre hoy eso no se cumple en el país. Lo que vemos son unos electores desconfiados y cansados de políticos corruptos, pero también alejados de la política misma y que en estos días quieren saber un poco más de cómo será el futuro del país y de sus familias, lo que incluye el (también incierto) proceso de vacunación.
En una democracia precaria, sin partidos robustos y con un Estado capturado por los lobbies y los grandes empresarios, prácticamente fallido e incapaz de satisfacer las demandas sociales y sanitarias, la política siempre será fuente de desconfianza y de incertidumbre. No es nada casual que en este proceso electoral estemos viviendo una polarización de dos fuerzas políticas cuya votación obtenida sea la más baja desde el año 2001, cuando regresó la democracia. Tampoco el alto porcentaje de ausentismo que, si bien se puede explicar por la pandemia, también se puede decir que la pandemia fue la mejor “coartada” para no votar.
Somos uno de los países en el mundo con mayor número de muertos respecto a su promedio histórico. Es todo un récord de ineptitud y la muestra de un país que navega a la deriva desde hace buen tiempo. Por eso creemos que de esta crisis que combina pandemia, muerte, desempleo, pobreza, miedo e incertidumbre, sólo será posible salir si somos capaces de reformar el Perú. No hay peor enemigo del país en estos momentos que la pasividad y el continuismo.
En este séptimo número de Quehacer abordamos lo que podemos llamar los temas del momento pero que tienen como virtud mostrar nuestras viejas y nuevas carencias. Hablamos, entre otros temas, del Bicentenario y la ausencia de partidos políticos y si estamos frente una crisis que bien podría cerrar un ciclo político marcado por lo que es hoy una pelea de minorías políticas. También nos preguntamos qué representa lo que llamamos un momento constituyente, para luego “aterrizar” en el conflicto sindical de la agroindustria.
La parte internacional en este número tiene la misma lógica, mirando de reojo qué pasa en los otros países. Se analiza lo que se ha llamado el Chile constituyente; también la “ola verde” en la Argentina, es decir la legalización del aborto en ese país y que, en el Perú, en este proceso electoral, ha sido utilizado por los candidatos y grupos conservadores como un “arma arrojadiza”; asimismo, la vacuna como parte de la pugna por la hegemonía mundial y el poder de lo que se llama el Big Pharma, el poder de las grandes transnacionales dedicadas a la salud; y, finalmente la obsesión, enfermiza e ilegal por cierto, de EE.UU. hacia la Cuba socialista y el impacto del lobby cubano-norteamericano en la política exterior estadunidense hacia América Latina.
En la parte cultural analizamos, entre otros temas, el impacto de la pandemia en los músicos y la música que hoy escuchamos ya no solo en la radio o la televisión sino también en nuestras calles.
Hacer este número de Quehacer no ha sido fácil, por ello sale con cierto retraso, razón por la cual pedimos disculpas tanto a nuestros colaboradores de este número como a los lectores y lectoras. La pandemia, los amigos y amigas ausentes, la pena, un proceso electoral atípico y un país que tiene como símbolo un signo de interrogación también nos ha golpeado. Por eso queremos dedicar este número a las y los que se fueron para decirles que nosotros, al igual que ellos y ellas harían, seguiremos peleando más allá de nuestra propia incertidumbre y nuestros temores.
Alberto Adrianzén M.
Director
Mayo 2021