Junín Bicentenario: Retos y posibilidades

Entre 2021 y 2024 el Perú conmemoró el Bicentenario de su independencia, proceso en el cual la región Junín evoca el sacrificio de sus montoneros indígenas en los llanos de Azapampa y el sable libertador de Simón Bolívar en la Batalla de Junín en 1824, dos acontecimientos clave para allanar el camino hacia la victoria definitiva en Ayacucho. Pero el Bicentenario no es solo la memoria de gestas heroicas del pasado: también representa una oportunidad para problematizar la situación actual de nuestra región y a partir de ello proyectar un mejor futuro.
Quizá uno de los más importantes balances que debe hacer la región concierne al proceso de descentralización. Las persistentes brechas en capacidades técnicas y la alta incidencia de corrupción han limitado la efectividad con la que el gobierno regional y los gobiernos locales gestionan proyectos de inversión o recaudan recursos fiscales. Para cambiar esta situación, se requiere una reforma política nacional para fortalecer la institucionalidad y la democracia, así como una nueva estrategia nacional de formalización junto a una reforma tributaria, laboral, administrativa y de protección social inclusiva. Estas reformas deben ser lideradas por autoridades competentes, no solo en un sentido técnico sino éticamente consecuentes, para prevenir la corrupción y la inestabilidad política que ha asolado a la región en años recientes.
En el campo económico será clave aprovechar las potencialidades de la región y generar desarrollo sostenible con los recursos ya existentes. Para generar crecimiento, empleo e ingresos fiscales, es necesario considerar el impacto de potencial económico contenido en proyectos como Ariana (US$ 140 millones) o Shalipayco (US$ 91 millones), proyectos de exploración como el de Carhuacayan (US$ 11 millones) o la ampliación de Toromocho II (US$ 815 millones). Es vital discutir el papel que deben tener estos recursos no solo respecto a recuperar los índices de crecimiento económico, sino principalmente en la tarea de contener y disminuir de la pobreza monetaria y la desigualdad, así como en el financiamiento de la inversión pública en infraestructura y servicios educativos y de salud.
Una mirada al Índice de Competitividad Regional 2023, en la que Junín ocupa el puesto 12 frente a sus vecinas Pasco en el 16, Huancavelica en el 22 y Huánuco en el 23, nos posiciona apenas como la región “menos peor” de la macrorregión centro, pero rezagados respecto al promedio nacional; a pesar de la ubicación estratégica de Junín como centro neurálgico entre la costa, la selva central y la sierra sur, no logramos despegar, básicamente por condiciones estructurales asociadas a la baja productividad y elevada informalidad laboral (78%). Junín, con su historia de lucha, aunado al espíritu emprendedor de su gente tiene el potencial de convertirse en el referente de la zona central del Perú.